Cuando las cosas van mal, se empiezan a torcer o, como mínimo, no van tan bien como desearíamos...hay dos actitudes muy extendidas ante la situación: autocompasión, o sea, el complejo de Calimero, y autodestrucción...y encima se mezclan según nos sople el viento, lo que nos lleva a aparecer ante los demás como individuos con transtorno bipolar transitorio (o no)...me hace "gracia" ver a la gente y verme a mí mismo en esta tesitura, y ver como después se nos olvida todo cuando nos "estabilizamos" (o no). Pasado el tiempo observamos a alguien que está pasando por lo mismo, vemos sus actos desde fuera y ponemos la misma cara que pondría la persona más feliz del mundo (en caso de existir) al entrar en un psiquiátrico y ver el panorama...me hace gracia, mucha gracia como relativizamos las cosas cuando no nos afectan a nosotros. Y conste que yo también me meto en este saco, un saco igual de grande como la cáscara de la que nunca salía Calimero.
FIN DEL DESAHOGO
CUTE!!
ResponderEliminarTodos hemos estado alguna vez (y estaremos, por desgracia) en una cáscara. Lo difícil no es entrar si no salir. Por eso, cuando las cosas empiezan a torcerse es mejor que no nos dé el cierzo.
ResponderEliminarMe gusta lo que escribes.
Saluditos