No se enamore nunca de ninguna criatura salvaje, Mr. Bell. Esa fue la equivocación de Doc. Siempre se llevaba a su casa seres salvajes. Halcones con el ala rota. Otra vez trajo un lince rojo con una pata fracturada. Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo.
Hay gente que solo sabe amar animales salvajes, es posible porque se crean lo suficiente especiales como para poder domesticarlos, es posible que no atiendan a las razones de los cuerdos.
ResponderEliminarSaludines ^^
YoMisma
hay gente que es del viento, y no, no lo puede evitar. Vuelan tan alto que no los ves subir, pero tampoco los ves caer..
ResponderEliminarexcelente!
ResponderEliminarun abrazo migue
buf, me ha encantado
ResponderEliminarley de vida supongo, no? cuando nos hacen daño y luego encontramos a alguien que nos va a rescatar acabamos hundiendole a el también, en cierta forma a veces somos bastante egoistas...
un beso :)
Me ha recordado a eso de: Cría cuervos que te sacarán los ojos.
ResponderEliminarTodos llevamos a una bestia dentro... Algunas no se rebelan nunca, otras sacan las garras a la primera de cambio...
ResponderEliminarUn besote
sí, amig@s...nunca os enamoréis de una criatura salvaje...¿acaso a veces lo podemos evitar?
ResponderEliminarme gusta el texto y me gusta tu estilo :)
ResponderEliminar^^