martes

Desayuno en Tiffany's. Truman Capote

No se enamore nunca de ninguna criatura salvaje, Mr. Bell. Esa fue la equivocación de Doc. Siempre se llevaba a su casa seres salvajes. Halcones con el ala rota. Otra vez trajo un lince rojo con una pata fracturada. Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo.

8 comentarios:

  1. Hay gente que solo sabe amar animales salvajes, es posible porque se crean lo suficiente especiales como para poder domesticarlos, es posible que no atiendan a las razones de los cuerdos.

    Saludines ^^
    YoMisma

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  2. hay gente que es del viento, y no, no lo puede evitar. Vuelan tan alto que no los ves subir, pero tampoco los ves caer..

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  3. excelente!

    un abrazo migue

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  4. Anónimo7:38 p. m.

    buf, me ha encantado

    ley de vida supongo, no? cuando nos hacen daño y luego encontramos a alguien que nos va a rescatar acabamos hundiendole a el también, en cierta forma a veces somos bastante egoistas...

    un beso :)

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  5. Me ha recordado a eso de: Cría cuervos que te sacarán los ojos.

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  6. Todos llevamos a una bestia dentro... Algunas no se rebelan nunca, otras sacan las garras a la primera de cambio...

    Un besote

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  7. sí, amig@s...nunca os enamoréis de una criatura salvaje...¿acaso a veces lo podemos evitar?

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  8. me gusta el texto y me gusta tu estilo :)

    ^^

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